Los nuevos planes de cuenca, que recuperan el espíritu del Plan Hidrológico Nacional de 2001, apuestan por la construcción de grandes infraestructuras para vender y mover agua
El plan que está sobre la mesa abrirá la gestión de los ríos a los mercados y los intereses privados
Los expertos alertan de que en este contexto podría materializarse un posible Trasvase del Ebro
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