Los partidos ecologistas madrileños reunidos en la Coordinadora Verde de Madrid secundan la huelga general del próximo 29 de septiembre. Este paro es una justa protesta ante una reforma laboral que atenta gravemente contra los derechos de los trabajadores y trabajadoras.
Esta es la sexta gran reforma laboral aprobada en menos de 30 años, y la más dura de todas ellas. A pesar de que a lo largo de estas sucesivas reformas, siempre de corte neoliberal, se han ido eliminando derechos a la mayoría social de este país, compuesta por las personas que sólo tienen su fuerza de trabajo para vivir, el problema del desempleo sigue sin estar encarrilado. De hecho, el propio Gobierno ya ha admitido que el paro seguirá creciendo pese a esta reforma.
La razón es que el objetivo de esta reforma laboral nunca ha sido crear empleo, sino abaratar todavía más los costes laborales, comenzado por el despido. Muchos despidos que antes de la reforma serían improcedentes, con una indemnización de 45 días, ahora serán despidos objetivos de 20 días. Para ello basta con justificar pérdidas actuales o previstas, o incluso alegar una disminución persistente del nivel de ingresos.
Esta reforma laboral supone igualmente un golpe casi definitivo a la negociación colectiva, al facilitar enormemente el descuelgue salarial del convenio y la modificación de las condiciones sustanciales de trabajo.
La Coordinadora Verde de Madrid lamenta que esta reforma laboral haya sido guiada no por los intereses de los trabajadores y trabajadoras de nuestro país, sino por las exigencias de los mercados financieros internacionales y del FMI, instituciones que no figuran ni en la Constitución Española, ni en la legislación laboral, ni por supuesto en los convenios colectivos y en el Estatuto de los Trabajadores. Por tanto, esta medida también se puede catalogar de golpe de estado de los poderes financieros internacionales contra la soberanía popular.
Estos poderes financieros internacionales que explotan a las personas son los mismos que están empeñados en mantener un modelo de crecimiento económico ilimitado que es insostenible en un planeta finito, de recursos limitados, como es la Tierra. Esta actitud irracional y suicida, causante de tragedias como la del cambio climático, no tiene más razón de ser que el afán desmedido por el lucro cortoplacista de una minoría privilegiada, que con su comportamiento egoísta está poniendo en peligro la supervivencia de toda la humanidad.
La Coordinadora Verde de Madrid considera que, en lugar de atentar contra los derechos laborales y contra la supervivencia del planeta de esta forma tan radical, el Gobierno debería haber apostado por el fomento de una nueva economía verde basada en el conocimiento y en el respecto al medio ambiente, centrada en ámbitos como las energías renovables, la producción de bienes ecológicos y los servicios públicos del estado del bienestar, cada vez más deficientes en este país.
Para ello es imprescindible una reforma de la fiscalidad que incluya medidas como la creación de una banca pública, la supresión o mayor fiscalización de sociedades de inversión como las SICAV y la instauración de una tasa para las transacciones financieras internacionales de carácter especulativo.
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